miércoles, 28 de abril de 2010

EL AUTOESTIMA



En Psicología, la autoestima, también denominada amor propio o auto apreciación, es la percepción emocional profunda que las personas tienen de sí mismas. Puede expresarse como el amor hacia uno mismo. El término suele confundirse con el narcisismo o el coloquial ego (egocentrismo), que referencia en realidad una actitud ostensible que demuestra un individuo acerca de sí mismo ante los demás, y no la verdadera actitud u opinión emocional que este tiene de sí. Es un aspecto básico de la inteligencia emocional.


La percepción emocional puede fácilmente llegar a sobrepasar en sus causas a la racionalización y la lógica del individuo. Por ello, tener una buena autoestima implica ser conscientes de las virtudes y defectos propios (autoconcepto) así como de lo que los demás realmente dicen de uno (heteroconcepto) y sienten hacia uno (heteroestima), aceptando todo ello en su justa medida, sin amplificarlo ni reducirlo, sabiendo y afirmando que en cualquier caso uno es valioso y digno. Implica, por lo tanto, el respeto hacia uno mismo y consecuentemente hacia los demás. La autoestima es el requisito indispensable para las relaciones interpersonales y humanas sanas. El amarse así mismo permite que puedas amar y respetar a los demás.


Está relacionada con otras variables psicológicas como son el locus de control y la expectativa de autoeficacia, de forma que un locus de control interno implica, generalmente, una alta autoestima, y viceversa; así como una alta expectativa de autoeficacia para ciertos comportamientos y situaciones suele estar asociada también a una alta autoestima, y viceversa.





Una persona con la autoestima alta:


· asume responsabilidades con facilidad;
· está orgullosa de sus logros;
· afronta nuevos retos con entusiasmo;
· utiliza sus medios, oportunidades y capacidades para modificar su vida de manera positiva;
· se quiere y se respeta a sí misma y consigue el aprecio y respeto de quienes le rodean;
· rechaza toda actitud negativa para la persona misma;
· expresa sinceridad en toda manifestación de afecto que realiza;
· se acepta a sí misma;
· no es envidiosa;
· es tolerante.




Cuando una persona tiene su autoestima baja:


· desprecia sus dones naturales;
· otras personas influyen en ella con facilidad;
· se frustra fácilmente;
· se siente impotente;
· actúa a la defensiva;
· culpa a los demás por sus debilidades.
· miente frecuentemente.